miércoles, 23 de diciembre de 2015

PARAISO PERDIDO EN LOS CONFINES DEL PIRINEO





La magia de Ordesa…



Expectacular vista de Torla
Con la cumbre pirenaica más emblemática como guía, el Monte Perdido, hay que adentrarse en lo más profundo para descubrir sus bellísimas cascadas. A su alrededor, la atracción son los pueblos de piedra de apretado caserío y aires medievales los que despuntan en el relieve montañés.


No hay duda, Ordesa es el valle favorito a la hora de empezar a recorrer el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido. Desde lejos, su espectacular belleza de roca y bosques se muestra abiertamente con un simple golpe de vista. Pero además, es el de más renombre de los cuatro que lo conforman: éste y Pineta, tallados por los hielos glaciales, y Escuaín y Añisclo, con profundos cañones fluviales.
       

Cañon de Añisclo.
 A las puertas mismas de la montaña y a un paso del cielo, pueblos como Torla, Oto, Viu, Linás, Broto, Fanlo, Nerín y Sercué, entre otros, bordean el parque nacional levantando su sobria arquitectura en las laderas, ya que los escasos terrenos llanos del valle siempre se reservaron para las pequeñas huertas de sustento familiar.
    
Típicas construcciones de piedra en Torla.

Después de haber dejado en ruta el pueblo de Torla, que ejerce de puerta de Ordesa, y la entrada al valle de Bujaruelo, por el que discurre un salvaje río Ara, del que es tributario el Arazas, se alcanza la pradera de Ordesa, punto de partida de esta ruta y donde se localiza el área de aparcamiento.
         

El Tozal del Mayo
La imponencia de los hayedos que cubren densamente las laderas, entre los que asoman abetos, es el prelúdio para lo grande: un extraordinario valle de origen glaciar que corta los Pirineos desde la fronteriza cima del Monte Perdido. Su visible forma en U es la prueba evidente de que una larguísima lengua glaciar descendió hace millones de años desde lo más alto de las montañas que superan los tres mil metros y talló este magnífico valle.
       

Idílico paisaje otoñal. Río Arazas.
Frecuentado por científicos y pirineistas, Ordesa ha acogido en sus relieves desde el siglo XIX importantes expediciones. Hoy, con la misma ilusión por descubrir lo más recóndito de este valle, senderistas y montañeros se calzan las botas para, en unas tres horas, caminar hasta el circo de Soaso. Como acompañantes, la belleza de los hayedos que se atraviesan y la infinidad de magníficas cascadas que, como escalones, tallaron los hielos, y por los que ahora el Arazas se deleita con filigranas de agua.
        

Cascada Cola de Caballo y al fondo Las Tres Sorores.

El esfuerzo tiene su recompensa final en el impresionante anfiteatro de piedra donde el hielo del glaciar se acumulaba. Hoy es un magnífico paraje natural en cuyas praderas brotan las flores de montaña a comienzos del verano. Sobre él asoma la cumbre del Monte Perdido, de cuyos hielos perpetuos se desprende la hermosa cascada de la Cola de Caballo repartiéndose en mil hilos de plata en lo más recóndito del circo de Soaso.

Río Arázas. Cascada de las Gradas de Soaso.
Los más montañeros emprenden la subida a Soaso, o bien el retorno hasta la pradera de Ordesa por la faja de Pelay. Se trata de un sendero prendido en lo más alto del valle que promete vistas vertiginosas del mismo; así como el encuentro con alguno de sus moradores más montaraces, como el rebeco.
         

Vista desde La Faja de Pelay.

De vuelta al valle del Ara, Torla pasa por ser uno de los pueblos más llamativos de los Pirineos. Recortado contra la peña Mondaruego, ha sabido conservar la esencia arquitectónica de sus grandes casas con puertas blasonadas y culminadas por tejados de pizarra sobre los que yerguen chimeneas troncocónicas rematadas por el característico espantabrujas del alto Aragón y guiños artísticos como algunas ventanas góticas. Detalles de raíces medievales que definen el apretado trazado urbano, alrededor de una sobria iglesia con aires de fortificación asomada sobre el río Ara.
           
Calles con sabor medieval en Broto.
 En el valle de Broto, al pie del barranco de Sorrosal, el pueblo de Linás de Broto luce una hermosa hechura arquitectónica ya en la distancia, rodeado de prados ganaderos en uso. Las mismas trazas de casas recias, torres de iglesias que parecen fortalezas y tejados de gran pendiente se mantienen en Viu de Linás, mientras en algunos, como Fragén, todavía hay plazas empedradas.

La capital del valle la ostenta Broto, que entre su amalgama de casas tradicionales y modernas destaca su iglesia gótica de bonita portada románica. A su vez conserva la Casa del Valle, una torre defensiva donde se guardaban los documentos reguladores del ancestral aprovechamiento ganadero del valle y los acuerdos establecidos con el vecino valle francés de Barèges.

Arte mozárabe por doquier en todo el vqlle.
Frente al pueblo en una colina se distingue Oto, que atrae no solo por su ubicación privilegiada sino por sus viviendas señoriales, su torre defensiva y su iglesia mozárabe o por el singular calvario situado en la entrada norte, en el que se contemplan peculiares tallas de piedra de cabezas humanas y símbolos fálicos.

Asín de Broto también conserva una singularidad arquitectónica, la de su exconjuradera, una pequeña capilla empleada para ahuyentar las temibles tormentas de estas montañas que fueron fuente de leyendas y creencias mágicas y que, sin embargo, hoy son uno de los parajes naturales más sobresalientes de toda una cordillera. 


         
Exconjuradero de Asín.
Y para terminar este recorrido mágico y paradisíaco que mejor forma que hacerlo con una leyenda... pués hay va...

Leyenda de las Tres Serols
Las Tres Sorores o Treserols, lo componen los Picos de Monte Perdido (3.355 m), Cilindro de Marboré(3.328 m), y Añisclo (3.263 m) llamado también, este último, Soum de Ramond.
           

LAS TRES SORORES.

Vivimos en una tierra de leyendas, de echo si existe una comarca donde abundan las leyendas esta es el Sobrarbe. Estas montañas y valles son escenarios de historias y leyendas desde hace mucho tiempo. Existen varias versiones fantásticas sobre el macizo de las Tres Sorores. Aquí teneis una de ellas:

El significado del nombre de Tres Serols (tres hermanas en fabla aragonesa) se debe a lo siguiente:

   Cuenta una leyenda que en el siglo V, el caudillo de los visigodos, Eurico, decide con sus huestes realizar una incursión en los pueblos del Pirineo. Al llegar a una aldea, y en medio de la refriega, se da el caso que tres hermanas celtíberas y cristianas, huérfanas de madre, iban a casarse ese mismo día, pero las hermas logran esconderse de los soldados visigodos, mientras que su padre y sus novios son hechos prisioneros.

Cuando una vez retiradas las tropas invasoras regresan a la aldea, no ven más que muerte y destrucción, pero encuentran entre unos arbustos a un jefe visigodo gravemente herido al que ofrecen cuidados y curas bajo la promesa de que liberará a sus familiares y novios.

Cuando el visigodo está ya curado lo llevan a su campamento, donde en un principio las hermanas son recibidas cordialmente pero, transcurridos los días y recordando al soldado su compromiso, éste les dice que sus novios, previa renuncia de fe, se han casado con tres godas y que ahora están en una misión que les ha encomendado el propio Eurico. Las jóvenes se quedan consternadas-

Pasa el tiempo, y mermado el dolor cuando una de las hermanas acuerda casarse con el visigodo que salvaron y las otras con sendos guerreros. Para ello tienen que renunciar previamente a la fe cristiana, cosa que hacen.

En la noche de bodas, de repente, y en medio de un terrorífico resplandor, a cada una de ellas se les aparece el espectro de su propio padre recriminándoles su conducta, y las tres hermanas huyen despavoridas del campamento visigodo.

Invadidas por la culpa, y los remordimientos, deciden instalarse de penitentes en tres barracas a espaldas del Monte Perdido.
Los tres prisioneros que fueron sus novios, en represalia por su abandono, al final son ahorcados, mientras que al mismo tiempo una terrible avalancha de nieve sepulta las chozas de las tres desdichadas hermanas con ellas dentro, y un espantoso terremoto levanta, sobre ese lugar que ocupan, tres imponentes montes: las Tres Sorores, como recuerdo para todos los que los vieren, de aquella triple apostasía e infidelidad.





sábado, 5 de septiembre de 2015

UN FIN DE SEMANA ESPECIAL.



LA ANTIGÜA ESTACIÓN DE ESQUÍ DE CANDANCHÚ:
(Historia, deporte y naturaleza en un entorno bucólico y de leyenda).

Impresionante panorámica del macizo del Aspe.

En un enclave paisajístico de  una belleza extraordinaria se encuentra la estación de esquí más antigüa de España. Candanchú fue inagurada en el año 1925 siendo la pionera del deporte blanco en la Península y creadora de la primera escuela nacional de esquí alpino.
La estación está situada en pleno corazón del macizo del Aspe rodeada de picos como el Aspe, Castillo de Acher, Bisaurín, Anayet, Midi d'Osssau, Balaitús, todos ellos rozando los tres mil metros de altitud.
Candanchú pertenece al termino municipal de Aisa.


Valle de los Sarrios. Por aquí pasaba la antigüa calzada romana.
Por sus laderas discurría la antigüa calzada romana (Summus Portus) actual puerto del Somport  (1640 mt).
A partir del siglo XI fue ruta principal de peregrinaje a Santiago de Compostela. Por aquí transitaron visigodos, carolingios y posteriormente las tropas del ejército de Napoleón.

Historia y deporte se entremezclan creando una atmósfera mágica y de leyenda. 
Ideal para hacer turismo con la família o con amigos y disfrutar de unos momentos inolvidables como los que yo viví... al calor de una buena lumbre acompañados de una taza de café bien caliente, recordando lo que disfrutamos esquiando por la zona alta de la Tuca o descendiendo el Tobazo o la pista negra.  de los Navarros, que es solo para los mas atrevidos…
Refugio donde estábamos hospedados. Increíble...

Estábamos apurando el último sorbo de café antes de irnos a acostar cuando se nos acercó el encargado del albergue donde estábamos alojados. El hombre era mayor y muy delgado. Fué antigüo pister de la estación y con voz amable y cordial nos dijo… ¿sabiais que, por las pistas que habeis esquiado esta mañana, hace muchos muchos años las recorrieron haciendo lo que hoy  llamais senderismo… Sancho y su hijo Alfonso.    ¿Que Sancho y Alfonso? exclamamos al unísono mis amigos y yo… el encargado en voz baja y entusiasmado nos dijo… no me digais que no lo imaginais pues corcho… Sancho Ramírez rey de Aragón, fundador de Jaca la primera capital del Reino de Aragón… y su hijo Alfonso I el Batallador conquistador de Zaragoza cuando estaba en poder de los musulmanes.
Hospital de peregrinos.

Sin darnos tiempo a reaccionar tamién nos contó que si sabíamos que se encontraba debajo de nuestros pies justo al lado del albergue –refugio en el que estábamos hospedados.Perplejos le dijimos que no lo sabíamos… pues bien respondió… aquí justo aquí se encontraba el mayor pilar de la cristiandad en occidente. El famoso hospital de pergrinos llamado Santa Cristina construido en el siglo XI.
(El Códice Calixtino, antígüa guía turística de la Edad Media ya mencionaba y ubicaba dicho hospital de peregrinos).

Ya era cerca de media noche cuando al fin nos retiramos a descasar no sin antes pensar que sorpresas nos depararía el día siguiente, esquiando por estos parajes cargados de misterio e historia. Os aseguro que es una experiencia enriquecedora.


Bajada complicada en la zona de Tortiéllas.
Zona alta de la estación. La Tuca.
Con los primeros rayos de sol alumbrando la buhardilla-dormitorio a través de unas claraboyas situadas en el tejado, despertamos sonnolientos pero contentos al comprobar que hacía una mañana mágnífica… buen tiempo y nieve en cantidad…no se puede pedir más para los incondicionales a este deporte. Rapidamente bajamos a desayunar. Entre risas comentarios y buen ambiente decidimos dividirnos ya que estábamos mucha gente y unos querían hacer esquí de travesía otros esquiar el tubo de la Zapatilla y otros hacer raquetas… yo preferí irme con una amiga a esquiar por la zona alta de Tuca Blanca y Tobazo.
Esta amiga que al fin y a la postre es mi mujer hoy en día, me contó, (a la par que tonteábamos y bajábamos entre algún que otro resbalón), una bonita historia de amor:


Parte alta del Tobazo con excelentes vistas.
Escucha Ramón...
Hace miles de años, las tierras que hoy ocupan los Valles Pirenaicos sobre los que esquiamos, vamos de excursión y hacemos turismo rural, estaban bajo el dominio de Tubal. En esos oscuros tiempos en los que los dioses del Olimpo reinaban sobre la faz de la tierra y los seres humanos no eran más que simples marionetas con los que las deidades se divertían, Tubal reinaba sobre estas tierras que hoy habitamos, y tenía una bella hija llamada Pyrene.
Cuentan las crónicas que Pyrene era tan sumamente hermosa, que fueron muchos los que enfermaron de amor al verla mientras ella paseaba por los bosques. Pero por muchos hombres que fueran detrás de ella, el corazón de Pyrene estaba reservado para Hércules, el famoso héroe griego con el que la joven princesa se veía a escondidas en los bosques.
Pero a pesar de verse a escondidas, el amor de la pareja fue descubierto por Tubal. Encolerizado por los amantes, el padre de Pyrene desterró a Hércules, mientras que Pyrene, abandonada por la tristeza,seguía vagando por los bosques con la esperanza de que su amado Hércules regresaría hasta allí para buscarla y huir juntos.
Un buen día, mientras Pyrene paseaba por los bosques esperando a Hércules, se encontró con Gerión, un horrible ser de tres cabezas que quería poseer a la joven princesa. Por fortuna, Pyrene pudo escapar, pero Gerión, deseoso de hacer suya a la joven, incendió el bosque para que no pudiera esconderse.
Entonces, cuenta la leyenda que un águila que fue testigo de todo, avisó a Hércules, que acudió veloz hasta el lugar para rescatar a su amada, aunque cuando llegó, Pyrene estaba a punto de exhalar su último suspiro. Tomando a su bella amada entre sus brazos, Hércules le declaró su amor eterno, momentos antes de que Pyrene falleciese.
Roto por el dolor, Hércules enterró a su amor, colocando enormes piedras sobre el cuerpo de Pyrene.
El héroe trabajó con tanta pasión, que Hércules llegó a erigir montañas enormes de piedra para ocultar el cuerpo de la bella princesa.
Y así, según cuentan las leyendas, nació el Pirineo. Del amor de Hércules y de la bella Pyrene, dando origen a la cordillera más bella e impresionante de la Península Ibérica, a imagen de la hermosura de la joven princesa.

Mi amiga..."Pyrene".

Coincidencias de la vida tal vez. Pero lo cierto es que bajando de la parte alta de la Tuca Blanca hacia la base de la estación por unas pistas poco transitadas, dí rienda suelta a mi imaginación y en unos segundos pensé que yo era el héroe y mi amiga era Pyrene. El resultado final de lo que nos pasó es fácil de adivinar. Por supuesto no fue trágico sino todo lo contrario fue idílico...
Eran más de las cuatro y media de la tarde y nos disponíamos a emprender el viaje de regreso a la caótica ciudad no sin ántes de haber comido copiosamente pués los esfuerzos hechos asi lo requerían.
Comida en el bosque de las Hayas.

Ya en pleno viaje en el alto de Monrrepós con una vista panorámica impresionante de toda la Cordillera nevada me invadió un sentimiento de nostalgia pero rápidamente mi espíritu se animó al recordar las maravillosas experiencias que habíamos compartido mis amigos y yo, en este fin de semana tan especial, donde historia, deporte, naturaleza, leyendas e incluso amor se mezclaron entre si, dejandome un recuerdo mágico e imborrable.

LLegando a este punto voy a dejar la imaginación a un lado, e intentaré explicaros las características físicas y técnicas de ésta (para mí), maravillosa estación de esquí... 



CARACTERÍSTICAS PRINCIPALES DE LA ESTACIÓN DE ESQUÍ DE CANDANCHÚ:


Terrazas solarium en Candanchú.
La estación de esquí de Candanchú está situada en el Pirineo aragonés, en el Valle del Aragón comarca de la Jacetania, con fácil acceso por la carretera N-330, dista a 33 km de Jaca y 115 de Huesca capital.

Su privilegiada situación rodeada de montañas de gran belleza paisajística, aseguran la nieve en cantidad y calidad suficiente de diciembre a abril. Además posee instalación de nieve artificial que le permite complementar la innivación de la misma.

Durante años ha sido la estación estandarte de España, pero... por diversos motivos, no ha sabido adaptarse a los nuevos tiempos de mejoras, cambios y modas.

Anclada en el pasado, ahora Candanchú es una estación del montón, con buenas pistas algunas excelentes, pero con unos servicios y remontes obsoletos y lentos que dan una sensación de dejadez general.
Antïgüo Hotel Tobazo.

Con predominio de pistas negras, rojas y fuera pistas, es una estación desorganizada, con remontes dispuestos de una forma que resulta fácil perderse, es una estación relativamente pequeña que está muy mal señalizada (las señales son de madera, que normalmente están cubiertas de nieve  por consiguiente no se pueden leer) y no hay un centro médico, suficientemente señalizado.

Aún con toda esta desorganización,hay que reseñar varias cosas positivas, como que es la estación más cómoda que existe en el mundo. (si...digo bien en el mundo) para el aprendizaje o iniciación en el deporte blanco ya que la zona de debutantes es muy ámplia con diversas pistas y no hay que subir a los temidos telesillas con el consiguiente alivio para los principiantes.


Impresionante bajada en la zona de los Navarros.
Otro dato a favor y este es para el esquiador experto que es la estación con más pistas negras y fuera pistas de la península, la emblemática Zapatilla. el Tubo, Loma Verde,los Navarros etc, hacen subir la anedralina a los incondicionales del esquí extremo.
(Es una estación difícil de esquiar). 

PISTAS DE LA ESTACIÓN

La estación tiene un dominio esquiable de 50 Km. Con 10 pistas azules, 12 rojas y 15 negras, Candanchú es una estación equilibrada. La calidad de la nieve suele ser muy buena.
Está dividida en tres grandes zonas: Pista Grande (que es la zona de debutantes), Tuca Blanca y el monte Tobazo. 
Además hay multitud de rutas de fuera pistas muy próximas a la estación y un circuito de esquí de fondo de 50 Km. compartido con la vertiente francesa, (Candanchú-Le Somport).


Zona de debutantes pista Grande.

DEBUTANTES
En la zona de Pista Grande, hay varias pistas de iniciación con arrastres cómodos de coger sin necesidad de subir a los telesillas. Estas pistas son anchas y no hay estrecheces como en otras estaciones. Cogiendo dos arrastres (Juan Carlos I) que suben paralelos por una suave colina, encontramos unas pistas muy bonitas sin apenas dificultad como la pista del Nido, Cantales o Juan Carlos I.


Pista Aragón. Zona del Tobazo.
INTERMEDIOS
No es una estación recomendable para los esquiadores intermedios ya que no abundan las pistas de nivel medio y si se sube a la zona de la Tuca donde hay algunas pistas azules la bajada que hay que realizar para acceder a la base de la estación, es un poco complicada (pendientes fuertes, estrechas y habeces con poca nieve).
Pistas azules son el Nido. Pista Grande, media ladera del monte Tobazo, zona intermedia de la Tuca, Juan Carlos I y poco más.


El emblemático...Tubo de la Zapatilla.
EXPERTOS
Si lo que valoramos son las pendientes pronunciadas, pistas variadas con pocas aglomeraciones y fuera pistas de calidad y con dificultad, es una de las estaciones que al esquiador experto más le impresionará.
Las pistas rojas son largas y con buenas pendientes como el Tobazo, Tubo intermedio, Aragón, la Tuca en la parte alta, pista del Paso, Sarrios, Angular, Club Candanchú, Tortiellas, etc.

Las pistas negras suelen tener buen trazado algunas de ellas con un 50 por ciento de inclinación como la de los Navarros, Carabineros, varios tubos en la zona Tuca-Zapatilla, la Hoya, Angular-Crestas y la mítica bajada, por el tubo de la Zapatilla o por Loma Verde ámbas recomendadas para el eaquiador extremo.


Una anotacíon final:
En la actualidad la estación de esquí de Candanchú se encuentra en concurso de acreedores al borde de la quiebra, debido a lo que he comentado anteriormente: dejadez mala gestión y no haber sabido adaptarse a las exigencias de las nuevas corrientes innovadoras de la demanda actual. Pero creo que en esta vida todo o casi todo,tiene solución...hay varias alternativas de vender la estación a empresarios solventes de Zaragoza pero yo veo más factible que la gestionara y dirigiera el holding de la nieve en Aragón (ARAMON).
Las posibilidades son infinitas: ampliaciones, unión con la vecina Astún, inversiones con capitales financieros y el aseguramiento de puestos de trabajo directos como indirectos.

Y para los nostálgicos como yo, debemos defender la subsistencia de la antigüa estación de esquí de Candanchú porque sino fuera así, parte de nuestra adolescencia y juventud, quedaría enterradas para siempre...en éstas hermosas montañas. 















sábado, 14 de febrero de 2015

LOS MONASTERIOS DE ARAGON.


Monasterio románico de Siresa.

Los numerosos monasterios fundados en Aragón por distintas órdenes religiosas a lo largo de su historia no han sido únicamente centros espirituales, sino que desde los inicios de la reconquista cristiana fueron piezas clave dentro del desarrollo de la región, favoreciendo la repoblación del territorio a la vez que actuaban como focos difusores de cultura y custodios de un rico patrimonio. En una época en la que religión y política estaban íntimamente ligadas, los abades y abadesas de los cenobios más importantes fueron consejeros de los monarcas. De este modo, muchos monasterios nacieron bajo la protección de la propia monarquía e incluso algunos fueron elegidos como lugar de enterramiento real. Hoy se conservan gran parte de estos magníficos conjuntos que esconden entre sus muros incontables testimonios del devenir de Aragón hasta nuestros días.


Monasterio de San Pedro el Viejo. Huesca.
Son abundantes las órdenes religiosas que a lo largo de la historia han establecido en Aragón sus fundaciones: cluniacenses, cistercienses, órdenes militares como las del Hospital de San Juan de Jerusalén, el Temple o el Santo Sepulcro, las órdenes de los Cartujos, Dominicos, Franciscanos o Clarisas entre otras. Los primeros monasterios que surgen en Aragón están ligados al mundo visigodo y carolingio aunque apenas quedan restos, ya que fueron arrasados en su mayoría tras la conquista musulmana de la Península Ibérica en el siglo VIII. Las tierras altas de los Pirineos no se islamizaron y fue allí donde surgieron los condados de Aragón, Ribagorza y Sobrarbe, territorios que en principio carecían de estructura político-administrativa. Los monasterios jugaron el papel de ordenadores de la vida social y económica de estos territorios, poniendo en explotación las tierras con ayuda de sus habitantes. En esta época, durante los siglos IX y X se fundaron cenobios como San Pedro de Siresa (Siresa, Huesca), Santa María de Obarra (Calvera, Huesca), San Adrián de Sasabe (Borau, Huesca), San Pedro de Jaca (Jaca, Huesca) o San Juan de Ruesta (Ruesta, Zaragoza).


Monasterio de las tres Sorores. Santa Criz de la Serós. Jaca.
La unión de los tres condados aragoneses con Sancho III hizo posible la creación en Aragón de una potente línea defensiva que facilitó el posterior avance cristiano. La orden cluniacense fundó nuevos monasterios y se recuperaron otros, la mayoría bajo patrocinio real, entre ellos San Juan de la Peña (Botaya, Huesca), Santa María de Alquézar (Alquézar, Huesca), San Pedro de Alaón (Alaón, Huesca) o Santa Cruz de las Sorores (Santa Cruz de la Serós, Huesca) y, conforme avanza la reconquista de las tierras del sur, San Pedro el Viejo de Huesca y Jesús Nazareno de Montearagón (Quicena, Huesca). Perdieron no obstante su carácter administrativo y se convirtieron en auténticos centros espirituales, hospitales para desvalidos y focos culturales en los que se escribían libros de historia, anales y se iluminaban manuscritos. Contribuyeron además a la propagación de estilos artísticos como el románico y fueron custodios de valiosos documentos, como en el caso de Sigena.

Monasterio de Sigena.
Ya en el siglo XII, con Alfonso I y, posteriormente, conforme se reconquistaba el territorio se fundaron nuevos monasterios, generalmente, en tierras sin cultivar. Estos terrenos serían roturados por los propios monjes, lo que dio origen a auténticas granjas-monasterio que contribuyeron definitivamente a la tarea repobladora. Entre los nuevos centros monásticos se encuentran Veruela (Vera de Moncayo, Zaragoza), Piedra (Nuévalos, Zaragoza), Rueda (Sástago, Zaragoza), Santa Fe (Cadrete, Zaragoza), el Monasterio de Nuestra Señora de Gloria (Casbas de Huesca, Huesca) o el de Trasobares (Trasobares, Zaragoza).


Monasterio de Veruela. Zaragoza.
En la Edad Moderna se introducen las cartujas y se levantan la Cartuja de Nuestra Señora de las Fuentes (Sariñena, Huesca) y en Zaragoza la Cartuja Baja o de la Concepción y la Cartuja del Aula Dei en el barrio de Peñaflor, la única todavía viva.


La Cartuja de Aula- Dei. Zaragoza.
La decadencia de estos centros llegó en el siglo XIX con la introducción en España de 
las ideas ilustradas y con la aprobación de las leyes desamortizadoras que supusieron el desmantelamiento de los centros religiosos y en ocasiones su destrucción debido al creciente anticlericalismo. La Guerra Civil fue otro duro revés para estos conjuntos y su patrimonio. En la actualidad gran parte de los monasterios aragoneses se encuentran en estado de ruina. Unos pocos mantienen intactas sus funciones, de otros muchos sólo se conservan partes, por lo general la iglesia; algunos han sido reformados y se han convertido en focos de atracción de un turismo cada vez más abundante.