sábado, 23 de abril de 2016

PASEO TURÍSTICO INOLVIDABLE CARGADO DE HISTORIA Y LEYENDAS.



ALBARRACÍN :


ciudad medieval


teñida de rojo.





¿Estás buscando un lugar que te haga sentir? ¿Qué te parece viajar al pueblo medieval más bonito de España? Albarracín es sin duda el destino perfecto para aquellos que busquen pueblos con encanto y mucha paz. La belleza impregna sus calles que son ideales para pasear y conocer a cada paso un poquito de su historia. Casitas de rojizas fachadas, una impresionante muralla, tres majestuosos castillos, viejos molinos… el escenario perfecto para que los visitantes se hipnoticen con cada uno de sus rincones.
Si te gustan los paseos por el campo, cuelga los tacones y cálzate unas buenas botas de montaña para recorrer las hermosas rutas que te regala este pueblo aragonés. Los apasionados de la naturaleza quedarán encantados con la Sierra de Albarracín y sus bellos parajes. Entre bosques, ríos y montañas rocosas, se abren caminos de cuentos medievales y antiguas leyendas. En los meses soleados, podrás refrescarte bajo su cascada, un auténtico baño de dioses.
Detén el paso del tiempo en tu reloj visitando Albarracín, lugar de inspiración de pintores, que hace viajar por la hechizante estela de épocas pasadas. Sin duda, un lugar donde perderte y encontrarte.




Albarracín, una mirada al pasado
Albarracín es una de esas ciudades que uno tiene que visitar al menos una vez en la vida, una ciudad impresionante y única que hay que descubrir tranquilamente, sin prisas, disfrutando de cada detalle. La ciudad fue declarada Monumento Nacional desde 1961 y hoy en día sigue a la espera de ser declarada Patrimonio mundial de la Humanidad.

La presencia humana en Albarracín (Teruel) data de muy antiguo, de unos 6.000 años a.c Las primeras tribus neolíticas dejaron su huella a 5 kms de la ciudad en las cuevas naturales del Rodeno, donde se pueden ver escenas de caza , figuras humanas y de animales. Estas escenas se encuentran plasmadas en la Cochinilla del Obispo, Prado de los toros del Navazo, y en la Fuente del Cabrerizo que fueron declarados Monumento Nacional en 1929 y Parque Cultural de Albarracín en 1991.

Posteriormente tribus iberas y celtas también se establecieron en la zona y los romanos dejaron su huella más tarde construyendo uno de los acueductos más largos de la península entre Albarracín y la población de Cella. Actualmente, sólo quedan algunos tramos de ese acueducto, pero se conservan algunos gravados romanos en la Catedral de Albarracín.


                
Pero sin duda la huella más profunda la dejó el Imperio Musulmán . En el S. IX un grupo berberisco del Norte de Africa dependiente del califato de Córdoba, los Banu-Racin, se asientan en la zona creando una estructura urbana denominada Santa María de los Banu-Razin, respetando el nombre cristiano que le dieron los visigodos. Durante más de 300 años se convierte en una fortaleza inexpugnable para los cristianos debido a su localización rodeada de impresionantes farallones rocosos y del foso formado por el río Guadalaviar, sólo había una vía de acceso y ésta permanecía sellada por su magnífica muralla.

                         
En 1379 con Pedro IV el Ceremonioso, se incorporará definitivamente al reino de Aragón.


Albarracín, todavía mantiene la magia de esos tiempos, se oculta ante los ojos del visitante y de repente aparece altiva como un espejismo tras un recodo de la carretera. Su aislamiento ha permitido que durante mucho tiempo su arquitectura árabe permanezca intacta. Además a mediados del siglo XX comienza un proceso de restauración del patrimonio arquitectónico que ha convertido a Albarracín en un referente en cuanto a conservación del patrimonio.


La falta de espacio de Albarracín condicionó su arquitectura, y prueba de ello es el trazado sinuoso de sus calles empinadas, irregulares y estrechas, con escalinatas y bonitos pasadizos. Las casas aparecen superpuestas en la falda de la montaña y sus fachadas conforme ganan en altura se aproximan más y más como si quieran llegar a tocarse. Algunas de ellas se sujetan con contrafuertes de madera, desafiando a la gravedad para aprovechar el espacio.

Construcciones en apariencia imposibles como es el caso de la Casa de la Julianeta, que posee una base muy estrecha y conforme va ganando altura va ampliando su superficie con el fin de ganar metros. Llama la atención sus diminutas ventanas que evitan que el frío del invierno y el calor del verano entren en la casa.

Si caminamos hacia la Plaza de la Comunidad podremos ver una de las dos puertas de la muralla que todavía hoy siguen en pie, el Portal del Agua, por aquí se bajaba al río Guadalaviar por la zona sur y todavía conserva su arco y la torre defensiva. La otra puerta es el Portal de La Molina, situada junto a la Casa de la Julianeta.


En el centro de la población se encuentra La Plaza Mayor y el Ayuntamiento, con sus balcones corridos y sus barandillas de forja, desde aquí sale todo el entramado de calles de Albarracín. Cerca se divisa La Catedral de San Salvador con su original cúpula formada por azulejos de colores y el Palacio Episcopal. Siguiendo una cuesta empedrada por detrás de La Catedral llegamos hasta el Castillo de Albarracín que se alza en lo alto de una roca .

Muy común en la artesanía de Albarracín es la forja que está presente en las rejas de las ventanas y que antiguamente era un ostento de riqueza . Según la tradición popular estas rejas servían para que las mujeres no escapasen de sus casas. ¡Dura época aquella!

También la forja es protagonista en los aleros de las casas y en las aldabas de las puertas, muchas de ellas en forma de lagarto, dragón o salamandra porque según dicen ahuyentaban los malos espíritus. Otro uso muy común era el de la madera que utilizaban en las celosías de las fachadas, celosías que permitían mirar desde el interior sin ser vistos desde fuera.


Pero sin duda lo que caracteriza a Albarracín es el color rojizo de sus casas debido a la utilización de yeso rojo artesano, autóctono y único de esta zona. Dependiendo de la hora del día las tonalidades de las fachadas van cambiando con las variaciones de luz, tonalidades que van del naranja al rosa. Y si de día es sorprendente visitar el pueblo por la noche lo es mucho más, cuando la luz amarilla de los faroles se refleja sobre las fachadas y las sombras se adueñan de las calles, dándole un aire misterioso y sobrecogedor.

Paseando por Albarracín te encuentras casas que nos recuerdan su pasado noble como El Palacio de los Monterde, con un gran escudo nobiliario y tres lagartos en el picaporte de la puerta. En la cerradura se puede ver la imagen de la Virgen del Pilar, Patrona de Aragón.


Otra de las casas más famosas de Albarracín y que llama la atención por su color es la Casa de Navarro de Arzuriaga, según cuenta la tradición un miembro de los Navarro Azagra conoció en uno de sus viajes de trashumancia a una joven de Andalucía, se enamoró de ella y le pidió matrimonio, pero ella le rechazó porque no quería dejar su ciudad para irse a vivir a Albarracín. El mozo insistió tanto que al final accedió, él estaba dispuesto a que ella no añorara su tierra así es que hizo en el interior de la casa un patio andaluz , la pintó de azul y llenó de rejas las ventanas. ¡Lo que no se haga por amor!


Para tener unas buenas vistas de Albarracín se puede subir por la muralla hasta la Torre del Andador, la atalaya defensiva más antigua de la ciudad y que fue construída antes que la propia muralla. Desde aquí se divisan todos los monumentos de la ciudad , la sierra y el río Guadalaviar.

Otra de las torres defensivas famosas es la Torre de Doña Blanca, sobre la que existe una interesante leyenda . Está situada junto a la Iglesia de Santa María, en el barrio de la judería .

Si después de visitar la ciudad todavía os quedan fuerzas , merece la pena hacer una ruta por la ribera del río , esta ruta nos llevará de un extremo a otro de la ciudad . Después de hacer esta travesía se comprende mejor la situación estratégica de la ciudad y el importante papel del río Guadalaviar , sirviendo de foso natural y convirtiendo a Albarracín en una fortaleza inexpugnable durante muchos años.



Resumen:
Lugar donde hubo asentamientos prehistóricos hace 8.000 años. Posteriormente fue habitada por los celtas, en la Edad del Hierro por una tribu llamada Lobetanos. Colonizada después por los romanos llamandole a la ciudad Lvtum y en tiempos de los visigodos se la conocía como Santa María de Oriente. Tras la invasión árabe fue cuando alcanzó su máximo explendor, siendo crisol de tres culturas diferentes: La judía, la cristiana y la musulmana, dejando todas ellas, innumerables legados para la posteridad como por ejemplo, su rica historia, su peculiar arquitectura, sus trabajos artesanos de forja y madera torneada, sus costumbres, tradiciones y gastronomía.


Es mas que evidente que con toda esta exposición, no podéis dejar de visitar, esta magnífica e inmemorial Ciudad de Albarracín. Al natural y en directo, comprobareis, tan imponente maravilla universal.






martes, 26 de enero de 2016

LA MAGIA DEL VALLE DE ECHO.

EL VALLE DE ECHO: EN LOS ORÍGENES DEL REINO DE ARAGÓN.

Desde este trabajo pretendo difundir la historia, el arte, la cultura y la naturaleza de la villa y del valle de Echo, uno de los enclaves pirenaicos de Aragón, más hermosos y poco conocido. Su pasado, presente y futuro merecen la pena conocerse y compartirse. Con mi admiración , cariño y la mayor modestia.


La carretera que desde Puente La Reina de Jaca nos introduce en el Valle de Echo, sigue de forma inversa el curso del río Aragón Subordán. Apenas 24 kilómetros hasta la Villa de Echo que da nombre al valle, que formalmente comienza tras dejar a la derecha Javierregay.


Embún, Urdués, Echo y Siresa son los núcleos que componen con unos 1300 habitantes en total, el Valle de Echo, que en el siglo IX, llegó sus límites por el este hasta el Valle de Canfranc (Campo de los francos), formaron el pequeño Condado Carolingio de Aragón, que dio lugar a uno de los estados más poderosos de la Edad Media: el Reino de Aragón.

             

Toda la val se encuentra salpicada de vestigios que atestiguan un pasado glorioso y legendario. Los primeros que encontramos en la margen derecha del río son los restos del Convento de Nª Sª del Pilar de los Padres Mercedarios, primero del que dispuso en nuestro país ésta Orden Misionera, construida a finales del siglo XVII por la perseverancia de Martín Climente, hidalgo de Embún , y que fue destruido durante la Guerra de la Independencia.

            

Un poco más adelante, en la misma margen derecha del río, destaca en una ladera, Embún, cuyo sufijo céltico “dunun”, nos sugiere el probable origen celta de su fundación como poblamiento.




A pocos kilómetros, a la derecha, se sitúa el cruce que lleva hasta el valle de Aragüés del Puerto y Jasa. En éste mismo cruce se eleva sobre un pequeño promontorio la ermita de Santa Isabel, a cuyos pies apareció no hace mucho tiempo, durante las obras de ensanche de la carretera, una cueva sepulcral con restos humanos de adultos y niños, de aproximadamente 2.000 años A.C.

       

Dos kilómetros más adelante se encuentra la carretera que da acceso a Urdués, pequeña población que ya es mencionada en el 867 en el Cartulario de Siresa, con iglesia parroquial dedicada a San Martín ( al igual que la de Echo), y ermita dedicada a Santa María de Catarecha. 




Siguiendo la carretera, tras dejar el cruce con Urdués, el valle se abre y con Peña Forca (2390 m) al fondo, y la Sierra de los dos Ríos a nuestra izquierda, nos aproximamos a Echo, cabecera municipal del valle, y a Siresa. 


          

A la entrada de la villa de Echo, el Puente de La Torre, de factura medieval pero de probable origen romano, destaca sobre el río Aragón Subordán, que recientemente ha sido calificado como el mejor conservado medioambientalmente de todo Aragón, lo que parece verse justificado con la presencia , de nuevo, de nutrias en sus orillas.

            
  
Ya en Echo, lo primero que destaca es la arquitectura de sus casas, en especial los tejados y chimeneas. Los tejados, muchos de ellos a cuatro aguas, y grandes pendientes, le dan una forma peculiar a las viviendas, que no se encuentran en ningún otro valle pirenaico. La teja plana, de color rojizo, se producía en una “tellería” que instalada en el valle a principios del pasado siglo, generalizó su uso haciendo abandonar las tradicionales losas. Las chimeneas, troncocónicas, son de gran altura, conservándose varias que destacan por su esbeltez.

               

Otros elementos arquitectónicos a destacar, son la pequeña capilla a modo de peirón dedicada a San Antonio en el cruce que lleva a Ansó, así como el humilladero llamado la Cruz del Cristiano y la sencillamente denominada La Cruz a la salida del pueblo hacia Siresa, que son dos lugares de encuentro para las gentes del lugar, donde se conversa y se ve pasar a los demás.

             

La parroquial de Echo está consagrada a San Martín de Tours, el santo medieval ejemplo de caridad al que se le representa repartiendo su capa con los pobres. El edificio que podemos contemplar, está reconstruido en 1829, ya que el 28 de Agosto de 1809, las tropas napoleónicas que asolaron el valle en busca de los guerrilleros que les hostigaban al mando de D. Mariano Sarasa, natural de Embún, quemaron dos terceras partes de la villa, incluída la iglesia de origen románico.

Entre las pocas casas que se libraron del fuego, podemos contemplar en la calle Mayor, la casa en la que nació Fray Juan Regla, confesor de Carlos I y posteriormente de Felipe II, y que representó a la delegación eclesiástica española en el Concilio de Trento.

Al otro lado del río, junto al cementerio, destaca la ermita de la Virgen de Escagüés o Escabués, que originalmente fue la parroquial de una pequeña aldea medieval del mismo nombre.





En Echo podremos visitar el Museo Etnológico “Casa Mazo”, que además de numerosos elementos que nos recrean cómo era la vida de estos valles en otros tiempos, alberga una magnífica colección de fotografías de Ricardo Compaired.

En el “Pallar de Agustín” y los campos que lo circundan, se pueden contemplar más de cuarenta esculturas modernas, casi todas ellas en piedra, de distintos artistas , que fueron el resultado de un fructífero y famoso Simposium que desde mediados de los años setenta y durante una década, se celebró en Echo, bajo la dirección de Pedro Tramullas.

            

Salimos de Echo, en dirección norte, y a escasos dos kilómetros, nos encontramos con el precioso pueblo de Siresa, en el que destaca fundamentalmente, una de las joyas arquitectónicas más importantes de Aragón: el Monasterio de San Pedro de Siresa.

           

El Monasterio, está íntimamente ligada a la historia de Aragón, ya que fue en el año 833 cuando al mando de Galindo Aznárez I, conde funcionario de la corte carolingia, un gran contingente de soldados y monjes, entraron por el Puerto de Palo y ocuparon el Valle de Hecho, dando origen al Condado de Aragón.

De acuerdo con las costumbres culturales de los carolingios, Galindo I y el abad Zacarías fundaron el monasterio de San Pedro de Siresa, centro religioso, cultural y económico que ordenaría y regiría la vida y economía del valle. En el año 848, el monasterio fue visitado por el obispo mozárabe, posteriormente santificado, Eulogio de Córdoba, quién dio testimonio de que contaba con un centenar de monjes y una de las mejores bibliotecas de la época de libros clásicos y cristianos. 


El monasterio albergó, durante su periplo por tierras oscenses, al Santo Grial legendario antes de ser trasladado a la catedral de Jaca y de allí al monasterio de San Juan de la Peña.

Desde Siresa, podemos seguir viaje hasta la Selva de Oza, atravesando el desfiladero de la Boca del Infierno, en cuyos alrededores ubicó el historiador D. Antonio Ubieto, la derrota del ejército de Carlomagno, episodio conocido como de Roncesvalles.



               

Ya en Oza, el paisaje se convierte en alpino, con enormes masas boscosas de hayas, pinos y abetos, enmarcados por altas cumbres, como el Castillo de Acher, Chipeta, Petrechema, etc... y todo ello salpicado del mayor conjunto de elementos megalíticos de todo Aragón, entre los que además de dólmenes y cromlechs, recientemente se ha descubierto en la llamada Corona de los Muertos, un conjunto de más de 118 círculos megalíticos, que bien podrían ser los restos del mayor habitat neolítico encontrado en toda la cadena pirenaica.

            


           

El camino prosigue hacia el Puerto del Palo, siguiendo el trazado de la calzada romana que desde Zaragoza atravesaba el Pirineo Central hasta el Bearn. De ésta calzada se conservan varios kilómetros que por encima de la Boca del Infierno formaron parte del Camino viejo a Oza y Francia, y que además de construído y atravesado por las legiones romanas, fue camino principal de peregrinación a Santiago durante doscientos años, antes de la construcción del Hospital de Santa Cristina de Somport y de la Catedral de Jaca.

         

Todo nuestro recorrido se encuentra jalonado de innumerables caminos antiguos entre los pueblos, senderos de montaña y pistas, que hacen de la zona el paraíso del senderismo y montañismo.

            

La caza mayor, la pesca, la gastronomía de la zona, la amabilidad y alegría de vivir de las gentes del valle, junto a una magnífica oferta de restauración y alojamientos hace de la visita de éstos valles, uno de los mejores destinos turísticos y culturales que podemos encontrar en todo el Pirineo.






(Artículo publicado por la revista VIAJAR POR ARAGÓN.)

miércoles, 13 de enero de 2016

UNO DE LOS RINCONES MAS DESCONOCIDOS DEL PIRINEO ARAGONÉS.



Otoño en el Valle de Oza:
Los colores del Pirineo.



A medida que entramos en el valle de Hecho, en el sector occidental del Pirineo Aragonés, los colores del otoño van tiñendo de color dorado un medio físico en el que el espacio dedicado a las actividades humanas, poco a poco, va dando lugar a un entorno, cada vez más agreste, dominado finalmente por las montañas que se imponen sobre el paisaje
.


En la cabecera del valle, la selva de Oza es una explosión de color donde el verde de los pinos y abetos destaca entre el amarillo de hayas y abedules y el rojo de los arces. Existen muchos senderos para recorrer este bosque y descubrir sus rincones perdidos entre el murmullo de arroyos y los rayos del sol que horadan una abundante vegetación.

                    

Junto a la belleza vegetal de los bosques, Hecho ofrece otros muchos atractivos para los amantes de las actividades en la naturaleza. Existen numerosas rutas balizadas para atravesar, paso a paso, este territorio tan generosamente dotado o alcanzar la cumbre de montañas desde donde la mirada se pierde en un horizonte sin fin de afiladas cimas escondiéndose entre cambiantes y móviles nubes.



Una de estas rutas nos llevará hasta el ibón de Estanés por el Achar de Aguas Tuertas. Comenzamos a caminar a medio camino del valle de Guarrinza, accesible en coche por una pista de tierra hasta que una barrera nos impide continuar.
Primero en suave ascenso que se convierte en corto, pero duro, zigzag ganaremos la entrada al valle de Aguas Tuertas, donde un pequeño dolmen domina el tortuoso circular, origen del nombre, del nacimiento del río Aragón Subordán. Remontando por la derecha el amplio valle de pastos que se abre frente a nosotros y girando a la izquierda al final del mismo, ganaremos el ibón en unas dos horas caminando ente manadas de apacibles caballos.




El pico Bisaurín, 2.668 metros de retadora montaña, es la máxima altura de este sector. Desde el refugio Gabardito es accesible siguiendo el sendero de gran recorrido GR-11 que nos llevará por el barranco de Aguerri y, tras superar el paso de El salto de la vieja, llegaremos al collado Foratón cruzando una herbosa planicie con la mole de nuestro objetivo a nuestra izquierda dominando orgullosamente sobre las elevaciones vecinas. Llegar al collado nos ha llevado unas dos horas de camino entre bosque antes de salir a terreno despejado. Ganar la cumbre nos va a suponer otra hora y media de esfuerzo mantenido por la dura pendiente de su cara SSO. En la cumbre disfrutamos de un magnífico mirador para descansar contemplando un universo de roca que se extiende tierras españolas y francesas.




El regreso se puede hacer bajo su cara norte por el collado de Secús, atravesando la cubeta de este mismo nombre hasta salir al barranco de Aguerri y, subiendo, por su ladera izquierda hasta recuperar el camino inicial. La ruta nos habrá llevado unas ocho horas de continuo disfrute por algunos de los rincones más bellos y solitarios de este territorio.





Finalmente, una de las mejores ascensiones para disfrutar de los colores de la selva de Oza nos conducirá a la cumbre del hermoso y curioso Castillo de Acher. La ruta comienza en el campamento Ramiro el Monje y nos llevará durante un par de horas por sendero balizado entre la frondosidad arbórea de la zona hasta salir a las campas herbosas donde se levanta el pequeño refugio de Acher.




Desde aquí, por un sendero bien marcado y señalizado con hitos, superando un creciente desnivel, atravesaremos una de las entradas naturales de la fortaleza que vamos a atacar. Hasta conseguir su cumbre norte, aún tendremos que bordear el profundo valle kárstico que recorre la inclinada meseta cimera de esta hermosa montaña. En el panorama de innumerables montañas que contemplamos, destacan el Midi d’Ossau y el Bisaurín. En el recorrido completo, incluyendo la vuelta, habremos empleado unas cinco horas.

Añado un video corto que encontré en internet que resume muy bien la expectacularidad de este Valle de Hecho... mágico y legendario como pocos.



Para acabar este artículo debo deciros... que este rincón tan poco conocido del Pirineo occidental yo...lo recorrí muchas veces durante muchos años veraneando en el fantástico Valle de Hecho.Os aseguro que si lo visitáis...volveréis a repetir.






miércoles, 23 de diciembre de 2015

PARAISO PERDIDO EN LOS CONFINES DEL PIRINEO





La magia de Ordesa…



Expectacular vista de Torla
Con la cumbre pirenaica más emblemática como guía, el Monte Perdido, hay que adentrarse en lo más profundo para descubrir sus bellísimas cascadas. A su alrededor, la atracción son los pueblos de piedra de apretado caserío y aires medievales los que despuntan en el relieve montañés.


No hay duda, Ordesa es el valle favorito a la hora de empezar a recorrer el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido. Desde lejos, su espectacular belleza de roca y bosques se muestra abiertamente con un simple golpe de vista. Pero además, es el de más renombre de los cuatro que lo conforman: éste y Pineta, tallados por los hielos glaciales, y Escuaín y Añisclo, con profundos cañones fluviales.
       

Cañon de Añisclo.
 A las puertas mismas de la montaña y a un paso del cielo, pueblos como Torla, Oto, Viu, Linás, Broto, Fanlo, Nerín y Sercué, entre otros, bordean el parque nacional levantando su sobria arquitectura en las laderas, ya que los escasos terrenos llanos del valle siempre se reservaron para las pequeñas huertas de sustento familiar.
    
Típicas construcciones de piedra en Torla.

Después de haber dejado en ruta el pueblo de Torla, que ejerce de puerta de Ordesa, y la entrada al valle de Bujaruelo, por el que discurre un salvaje río Ara, del que es tributario el Arazas, se alcanza la pradera de Ordesa, punto de partida de esta ruta y donde se localiza el área de aparcamiento.
         

El Tozal del Mayo
La imponencia de los hayedos que cubren densamente las laderas, entre los que asoman abetos, es el prelúdio para lo grande: un extraordinario valle de origen glaciar que corta los Pirineos desde la fronteriza cima del Monte Perdido. Su visible forma en U es la prueba evidente de que una larguísima lengua glaciar descendió hace millones de años desde lo más alto de las montañas que superan los tres mil metros y talló este magnífico valle.
       

Idílico paisaje otoñal. Río Arazas.
Frecuentado por científicos y pirineistas, Ordesa ha acogido en sus relieves desde el siglo XIX importantes expediciones. Hoy, con la misma ilusión por descubrir lo más recóndito de este valle, senderistas y montañeros se calzan las botas para, en unas tres horas, caminar hasta el circo de Soaso. Como acompañantes, la belleza de los hayedos que se atraviesan y la infinidad de magníficas cascadas que, como escalones, tallaron los hielos, y por los que ahora el Arazas se deleita con filigranas de agua.
        

Cascada Cola de Caballo y al fondo Las Tres Sorores.

El esfuerzo tiene su recompensa final en el impresionante anfiteatro de piedra donde el hielo del glaciar se acumulaba. Hoy es un magnífico paraje natural en cuyas praderas brotan las flores de montaña a comienzos del verano. Sobre él asoma la cumbre del Monte Perdido, de cuyos hielos perpetuos se desprende la hermosa cascada de la Cola de Caballo repartiéndose en mil hilos de plata en lo más recóndito del circo de Soaso.

Río Arázas. Cascada de las Gradas de Soaso.
Los más montañeros emprenden la subida a Soaso, o bien el retorno hasta la pradera de Ordesa por la faja de Pelay. Se trata de un sendero prendido en lo más alto del valle que promete vistas vertiginosas del mismo; así como el encuentro con alguno de sus moradores más montaraces, como el rebeco.
         

Vista desde La Faja de Pelay.

De vuelta al valle del Ara, Torla pasa por ser uno de los pueblos más llamativos de los Pirineos. Recortado contra la peña Mondaruego, ha sabido conservar la esencia arquitectónica de sus grandes casas con puertas blasonadas y culminadas por tejados de pizarra sobre los que yerguen chimeneas troncocónicas rematadas por el característico espantabrujas del alto Aragón y guiños artísticos como algunas ventanas góticas. Detalles de raíces medievales que definen el apretado trazado urbano, alrededor de una sobria iglesia con aires de fortificación asomada sobre el río Ara.
           
Calles con sabor medieval en Broto.
 En el valle de Broto, al pie del barranco de Sorrosal, el pueblo de Linás de Broto luce una hermosa hechura arquitectónica ya en la distancia, rodeado de prados ganaderos en uso. Las mismas trazas de casas recias, torres de iglesias que parecen fortalezas y tejados de gran pendiente se mantienen en Viu de Linás, mientras en algunos, como Fragén, todavía hay plazas empedradas.

La capital del valle la ostenta Broto, que entre su amalgama de casas tradicionales y modernas destaca su iglesia gótica de bonita portada románica. A su vez conserva la Casa del Valle, una torre defensiva donde se guardaban los documentos reguladores del ancestral aprovechamiento ganadero del valle y los acuerdos establecidos con el vecino valle francés de Barèges.

Arte mozárabe por doquier en todo el vqlle.
Frente al pueblo en una colina se distingue Oto, que atrae no solo por su ubicación privilegiada sino por sus viviendas señoriales, su torre defensiva y su iglesia mozárabe o por el singular calvario situado en la entrada norte, en el que se contemplan peculiares tallas de piedra de cabezas humanas y símbolos fálicos.

Asín de Broto también conserva una singularidad arquitectónica, la de su exconjuradera, una pequeña capilla empleada para ahuyentar las temibles tormentas de estas montañas que fueron fuente de leyendas y creencias mágicas y que, sin embargo, hoy son uno de los parajes naturales más sobresalientes de toda una cordillera. 


         
Exconjuradero de Asín.
Y para terminar este recorrido mágico y paradisíaco que mejor forma que hacerlo con una leyenda... pués hay va...

Leyenda de las Tres Serols
Las Tres Sorores o Treserols, lo componen los Picos de Monte Perdido (3.355 m), Cilindro de Marboré(3.328 m), y Añisclo (3.263 m) llamado también, este último, Soum de Ramond.
           

LAS TRES SORORES.

Vivimos en una tierra de leyendas, de echo si existe una comarca donde abundan las leyendas esta es el Sobrarbe. Estas montañas y valles son escenarios de historias y leyendas desde hace mucho tiempo. Existen varias versiones fantásticas sobre el macizo de las Tres Sorores. Aquí teneis una de ellas:

El significado del nombre de Tres Serols (tres hermanas en fabla aragonesa) se debe a lo siguiente:

   Cuenta una leyenda que en el siglo V, el caudillo de los visigodos, Eurico, decide con sus huestes realizar una incursión en los pueblos del Pirineo. Al llegar a una aldea, y en medio de la refriega, se da el caso que tres hermanas celtíberas y cristianas, huérfanas de madre, iban a casarse ese mismo día, pero las hermas logran esconderse de los soldados visigodos, mientras que su padre y sus novios son hechos prisioneros.

Cuando una vez retiradas las tropas invasoras regresan a la aldea, no ven más que muerte y destrucción, pero encuentran entre unos arbustos a un jefe visigodo gravemente herido al que ofrecen cuidados y curas bajo la promesa de que liberará a sus familiares y novios.

Cuando el visigodo está ya curado lo llevan a su campamento, donde en un principio las hermanas son recibidas cordialmente pero, transcurridos los días y recordando al soldado su compromiso, éste les dice que sus novios, previa renuncia de fe, se han casado con tres godas y que ahora están en una misión que les ha encomendado el propio Eurico. Las jóvenes se quedan consternadas-

Pasa el tiempo, y mermado el dolor cuando una de las hermanas acuerda casarse con el visigodo que salvaron y las otras con sendos guerreros. Para ello tienen que renunciar previamente a la fe cristiana, cosa que hacen.

En la noche de bodas, de repente, y en medio de un terrorífico resplandor, a cada una de ellas se les aparece el espectro de su propio padre recriminándoles su conducta, y las tres hermanas huyen despavoridas del campamento visigodo.

Invadidas por la culpa, y los remordimientos, deciden instalarse de penitentes en tres barracas a espaldas del Monte Perdido.
Los tres prisioneros que fueron sus novios, en represalia por su abandono, al final son ahorcados, mientras que al mismo tiempo una terrible avalancha de nieve sepulta las chozas de las tres desdichadas hermanas con ellas dentro, y un espantoso terremoto levanta, sobre ese lugar que ocupan, tres imponentes montes: las Tres Sorores, como recuerdo para todos los que los vieren, de aquella triple apostasía e infidelidad.





sábado, 5 de septiembre de 2015

UN FIN DE SEMANA ESPECIAL.



LA ANTIGÜA ESTACIÓN DE ESQUÍ DE CANDANCHÚ:
(Historia, deporte y naturaleza en un entorno bucólico y de leyenda).

Impresionante panorámica del macizo del Aspe.

En un enclave paisajístico de  una belleza extraordinaria se encuentra la estación de esquí más antigüa de España. Candanchú fue inagurada en el año 1925 siendo la pionera del deporte blanco en la Península y creadora de la primera escuela nacional de esquí alpino.
La estación está situada en pleno corazón del macizo del Aspe rodeada de picos como el Aspe, Castillo de Acher, Bisaurín, Anayet, Midi d'Osssau, Balaitús, todos ellos rozando los tres mil metros de altitud.
Candanchú pertenece al termino municipal de Aisa.


Valle de los Sarrios. Por aquí pasaba la antigüa calzada romana.
Por sus laderas discurría la antigüa calzada romana (Summus Portus) actual puerto del Somport  (1640 mt).
A partir del siglo XI fue ruta principal de peregrinaje a Santiago de Compostela. Por aquí transitaron visigodos, carolingios y posteriormente las tropas del ejército de Napoleón.

Historia y deporte se entremezclan creando una atmósfera mágica y de leyenda. 
Ideal para hacer turismo con la família o con amigos y disfrutar de unos momentos inolvidables como los que yo viví... al calor de una buena lumbre acompañados de una taza de café bien caliente, recordando lo que disfrutamos esquiando por la zona alta de la Tuca o descendiendo el Tobazo o la pista negra.  de los Navarros, que es solo para los mas atrevidos…
Refugio donde estábamos hospedados. Increíble...

Estábamos apurando el último sorbo de café antes de irnos a acostar cuando se nos acercó el encargado del albergue donde estábamos alojados. El hombre era mayor y muy delgado. Fué antigüo pister de la estación y con voz amable y cordial nos dijo… ¿sabiais que, por las pistas que habeis esquiado esta mañana, hace muchos muchos años las recorrieron haciendo lo que hoy  llamais senderismo… Sancho y su hijo Alfonso.    ¿Que Sancho y Alfonso? exclamamos al unísono mis amigos y yo… el encargado en voz baja y entusiasmado nos dijo… no me digais que no lo imaginais pues corcho… Sancho Ramírez rey de Aragón, fundador de Jaca la primera capital del Reino de Aragón… y su hijo Alfonso I el Batallador conquistador de Zaragoza cuando estaba en poder de los musulmanes.
Hospital de peregrinos.

Sin darnos tiempo a reaccionar tamién nos contó que si sabíamos que se encontraba debajo de nuestros pies justo al lado del albergue –refugio en el que estábamos hospedados.Perplejos le dijimos que no lo sabíamos… pues bien respondió… aquí justo aquí se encontraba el mayor pilar de la cristiandad en occidente. El famoso hospital de pergrinos llamado Santa Cristina construido en el siglo XI.
(El Códice Calixtino, antígüa guía turística de la Edad Media ya mencionaba y ubicaba dicho hospital de peregrinos).

Ya era cerca de media noche cuando al fin nos retiramos a descasar no sin antes pensar que sorpresas nos depararía el día siguiente, esquiando por estos parajes cargados de misterio e historia. Os aseguro que es una experiencia enriquecedora.


Bajada complicada en la zona de Tortiéllas.
Zona alta de la estación. La Tuca.
Con los primeros rayos de sol alumbrando la buhardilla-dormitorio a través de unas claraboyas situadas en el tejado, despertamos sonnolientos pero contentos al comprobar que hacía una mañana mágnífica… buen tiempo y nieve en cantidad…no se puede pedir más para los incondicionales a este deporte. Rapidamente bajamos a desayunar. Entre risas comentarios y buen ambiente decidimos dividirnos ya que estábamos mucha gente y unos querían hacer esquí de travesía otros esquiar el tubo de la Zapatilla y otros hacer raquetas… yo preferí irme con una amiga a esquiar por la zona alta de Tuca Blanca y Tobazo.
Esta amiga que al fin y a la postre es mi mujer hoy en día, me contó, (a la par que tonteábamos y bajábamos entre algún que otro resbalón), una bonita historia de amor:


Parte alta del Tobazo con excelentes vistas.
Escucha Ramón...
Hace miles de años, las tierras que hoy ocupan los Valles Pirenaicos sobre los que esquiamos, vamos de excursión y hacemos turismo rural, estaban bajo el dominio de Tubal. En esos oscuros tiempos en los que los dioses del Olimpo reinaban sobre la faz de la tierra y los seres humanos no eran más que simples marionetas con los que las deidades se divertían, Tubal reinaba sobre estas tierras que hoy habitamos, y tenía una bella hija llamada Pyrene.
Cuentan las crónicas que Pyrene era tan sumamente hermosa, que fueron muchos los que enfermaron de amor al verla mientras ella paseaba por los bosques. Pero por muchos hombres que fueran detrás de ella, el corazón de Pyrene estaba reservado para Hércules, el famoso héroe griego con el que la joven princesa se veía a escondidas en los bosques.
Pero a pesar de verse a escondidas, el amor de la pareja fue descubierto por Tubal. Encolerizado por los amantes, el padre de Pyrene desterró a Hércules, mientras que Pyrene, abandonada por la tristeza,seguía vagando por los bosques con la esperanza de que su amado Hércules regresaría hasta allí para buscarla y huir juntos.
Un buen día, mientras Pyrene paseaba por los bosques esperando a Hércules, se encontró con Gerión, un horrible ser de tres cabezas que quería poseer a la joven princesa. Por fortuna, Pyrene pudo escapar, pero Gerión, deseoso de hacer suya a la joven, incendió el bosque para que no pudiera esconderse.
Entonces, cuenta la leyenda que un águila que fue testigo de todo, avisó a Hércules, que acudió veloz hasta el lugar para rescatar a su amada, aunque cuando llegó, Pyrene estaba a punto de exhalar su último suspiro. Tomando a su bella amada entre sus brazos, Hércules le declaró su amor eterno, momentos antes de que Pyrene falleciese.
Roto por el dolor, Hércules enterró a su amor, colocando enormes piedras sobre el cuerpo de Pyrene.
El héroe trabajó con tanta pasión, que Hércules llegó a erigir montañas enormes de piedra para ocultar el cuerpo de la bella princesa.
Y así, según cuentan las leyendas, nació el Pirineo. Del amor de Hércules y de la bella Pyrene, dando origen a la cordillera más bella e impresionante de la Península Ibérica, a imagen de la hermosura de la joven princesa.

Mi amiga..."Pyrene".

Coincidencias de la vida tal vez. Pero lo cierto es que bajando de la parte alta de la Tuca Blanca hacia la base de la estación por unas pistas poco transitadas, dí rienda suelta a mi imaginación y en unos segundos pensé que yo era el héroe y mi amiga era Pyrene. El resultado final de lo que nos pasó es fácil de adivinar. Por supuesto no fue trágico sino todo lo contrario fue idílico...
Eran más de las cuatro y media de la tarde y nos disponíamos a emprender el viaje de regreso a la caótica ciudad no sin ántes de haber comido copiosamente pués los esfuerzos hechos asi lo requerían.
Comida en el bosque de las Hayas.

Ya en pleno viaje en el alto de Monrrepós con una vista panorámica impresionante de toda la Cordillera nevada me invadió un sentimiento de nostalgia pero rápidamente mi espíritu se animó al recordar las maravillosas experiencias que habíamos compartido mis amigos y yo, en este fin de semana tan especial, donde historia, deporte, naturaleza, leyendas e incluso amor se mezclaron entre si, dejandome un recuerdo mágico e imborrable.

LLegando a este punto voy a dejar la imaginación a un lado, e intentaré explicaros las características físicas y técnicas de ésta (para mí), maravillosa estación de esquí... 



CARACTERÍSTICAS PRINCIPALES DE LA ESTACIÓN DE ESQUÍ DE CANDANCHÚ:


Terrazas solarium en Candanchú.
La estación de esquí de Candanchú está situada en el Pirineo aragonés, en el Valle del Aragón comarca de la Jacetania, con fácil acceso por la carretera N-330, dista a 33 km de Jaca y 115 de Huesca capital.

Su privilegiada situación rodeada de montañas de gran belleza paisajística, aseguran la nieve en cantidad y calidad suficiente de diciembre a abril. Además posee instalación de nieve artificial que le permite complementar la innivación de la misma.

Durante años ha sido la estación estandarte de España, pero... por diversos motivos, no ha sabido adaptarse a los nuevos tiempos de mejoras, cambios y modas.

Anclada en el pasado, ahora Candanchú es una estación del montón, con buenas pistas algunas excelentes, pero con unos servicios y remontes obsoletos y lentos que dan una sensación de dejadez general.
Antïgüo Hotel Tobazo.

Con predominio de pistas negras, rojas y fuera pistas, es una estación desorganizada, con remontes dispuestos de una forma que resulta fácil perderse, es una estación relativamente pequeña que está muy mal señalizada (las señales son de madera, que normalmente están cubiertas de nieve  por consiguiente no se pueden leer) y no hay un centro médico, suficientemente señalizado.

Aún con toda esta desorganización,hay que reseñar varias cosas positivas, como que es la estación más cómoda que existe en el mundo. (si...digo bien en el mundo) para el aprendizaje o iniciación en el deporte blanco ya que la zona de debutantes es muy ámplia con diversas pistas y no hay que subir a los temidos telesillas con el consiguiente alivio para los principiantes.


Impresionante bajada en la zona de los Navarros.
Otro dato a favor y este es para el esquiador experto que es la estación con más pistas negras y fuera pistas de la península, la emblemática Zapatilla. el Tubo, Loma Verde,los Navarros etc, hacen subir la anedralina a los incondicionales del esquí extremo.
(Es una estación difícil de esquiar). 

PISTAS DE LA ESTACIÓN

La estación tiene un dominio esquiable de 50 Km. Con 10 pistas azules, 12 rojas y 15 negras, Candanchú es una estación equilibrada. La calidad de la nieve suele ser muy buena.
Está dividida en tres grandes zonas: Pista Grande (que es la zona de debutantes), Tuca Blanca y el monte Tobazo. 
Además hay multitud de rutas de fuera pistas muy próximas a la estación y un circuito de esquí de fondo de 50 Km. compartido con la vertiente francesa, (Candanchú-Le Somport).


Zona de debutantes pista Grande.

DEBUTANTES
En la zona de Pista Grande, hay varias pistas de iniciación con arrastres cómodos de coger sin necesidad de subir a los telesillas. Estas pistas son anchas y no hay estrecheces como en otras estaciones. Cogiendo dos arrastres (Juan Carlos I) que suben paralelos por una suave colina, encontramos unas pistas muy bonitas sin apenas dificultad como la pista del Nido, Cantales o Juan Carlos I.


Pista Aragón. Zona del Tobazo.
INTERMEDIOS
No es una estación recomendable para los esquiadores intermedios ya que no abundan las pistas de nivel medio y si se sube a la zona de la Tuca donde hay algunas pistas azules la bajada que hay que realizar para acceder a la base de la estación, es un poco complicada (pendientes fuertes, estrechas y habeces con poca nieve).
Pistas azules son el Nido. Pista Grande, media ladera del monte Tobazo, zona intermedia de la Tuca, Juan Carlos I y poco más.


El emblemático...Tubo de la Zapatilla.
EXPERTOS
Si lo que valoramos son las pendientes pronunciadas, pistas variadas con pocas aglomeraciones y fuera pistas de calidad y con dificultad, es una de las estaciones que al esquiador experto más le impresionará.
Las pistas rojas son largas y con buenas pendientes como el Tobazo, Tubo intermedio, Aragón, la Tuca en la parte alta, pista del Paso, Sarrios, Angular, Club Candanchú, Tortiellas, etc.

Las pistas negras suelen tener buen trazado algunas de ellas con un 50 por ciento de inclinación como la de los Navarros, Carabineros, varios tubos en la zona Tuca-Zapatilla, la Hoya, Angular-Crestas y la mítica bajada, por el tubo de la Zapatilla o por Loma Verde ámbas recomendadas para el eaquiador extremo.


Una anotacíon final:
En la actualidad la estación de esquí de Candanchú se encuentra en concurso de acreedores al borde de la quiebra, debido a lo que he comentado anteriormente: dejadez mala gestión y no haber sabido adaptarse a las exigencias de las nuevas corrientes innovadoras de la demanda actual. Pero creo que en esta vida todo o casi todo,tiene solución...hay varias alternativas de vender la estación a empresarios solventes de Zaragoza pero yo veo más factible que la gestionara y dirigiera el holding de la nieve en Aragón (ARAMON).
Las posibilidades son infinitas: ampliaciones, unión con la vecina Astún, inversiones con capitales financieros y el aseguramiento de puestos de trabajo directos como indirectos.

Y para los nostálgicos como yo, debemos defender la subsistencia de la antigüa estación de esquí de Candanchú porque sino fuera así, parte de nuestra adolescencia y juventud, quedaría enterradas para siempre...en éstas hermosas montañas.